Actualmente mil millones de personas están usando WhatsApp. Esto quiere decir que casi una de cada siete personas en el mundo usa WhatsApp cada mes para mantenerse en contacto con sus seres queridos, amigos, y familiares.
Con esta aplicación en el mundo periodístico, surgieron los grupos de periodistas. Hace un par de años de casualidad estuve cerca de donde se registró un accidente de tránsito muy grave, ya teníamos Whatsapp para ese entonces y un periodista de la ciudad de Loja, decidió crear un grupo para mantenerlos informados del accidente. A pesar de lo trágico fue un éxito, muchos diarios locales y nacionales mantuvieron informada a la población del suceso.
Actualmente estoy integrada en 2 grupos de WhatsApp, uno fue creado en octubre del 2014 por un corresponsal de un medio impreso nacional, el otro creado hace poco por la comunicadora de una institución pública. También estaba en el grupo «Periodistas Loja» pero debido a que cambié de teléfono se me borró el grupo y nunca más el administrador me volvió a agregar (A ti te digo Israel).
Si se le pregunta a cualquier administrador de estos grupos, el fin de estos son nada más y nada menos para “informar o mantenerse informados entre colegas periodistas”.
¿Quiénes están en esos grupos?
Comunicadores sociales, relacionistas públicos, bloggeros (like me), fotógrafos, camarógrafos etc.
¿Qué whatsappean?
Desde invitaciones a ruedas de prensa, fotografías, videos y hasta extensos párrafos informando sobre algún determinado tema.
Ahora, el primer drama de un reportero joven y recién llegado a un medio es no estar incluido en esos grupos de WhatsApp, y cuando lo está viene la difícil tarea de tener toda la información tal cual la tiene el otro.
Marta Franco y Miquel Pellicer en su libro; Optimismo para periodistas: Claves para entender los nuevos medios de comunicación en la era digital, nos hablan del ‘periodismo en manada’, vivimos en un ecosistema informativo en el que la superproducción de información commodity, información con poco valor exclusivo y diferencial; es el denominador común.
Ya lo decía el mismo Kapuscinski en 1999, que los medios de comunicación se movían “en manadas”, como rebaños de ovejas. “Por eso, sobre todo lo que se nos cuenta leemos y escuchamos las mismas informaciones”.
Ya se perdió esa bonita costumbre de tener una agenda propia de noticias, ni qué hablar de primicias, en Loja nadie tiene alguna, ahora todos se cruzan fotos, datos nuevos o algún tema relevante del que todos deberían estar hablando.
Para Boris Sarango impulsor del grupo “Periodistas Loja”, tener la primicia ya no es lo fundamental, porque casi todo lo que ocurre es de conocimiento público, de allí que opina que cada periodista tiene su propio estilo y lo que determinará la recepción del público será la forma como presenta la noticia, además asevera que lo positivo de esto es que no existe egoísmo al momento de compartir la información.
“El problema no son los grupos, son las personas que no saben manejar adecuadamente estas nuevas tecnologías”, agregó.
WhatsApp Fight
Y como en todo grupo y por experiencia siempre hay una que otra pelea. Muchos de los comunicadores que conozco tienen convicciones políticas que aunque las respeto, deben ahorrárselas dentro de un grupo de informadores. He sido testigo de opiniones que buscan imponerse sobre otras, por el simple hecho de no pensar igual o de no tener “el titulito” que te haga merecedor a opinar. MEGA BIG FAIL.
La pelea continúa hasta que llega el tremendo portazo de:
Y luego todos exigen respeto para con los demás y el grupo que tan solo se creó con la finalidad de “mantenernos informados entre colegas”.
Lo bueno
No hay que dejar a un lado que el WhatsApp ha simplificado mucho la labor de los periodistas. Las conversaciones en los grupos de periodistas permiten una interacción constante entre los comunicadores; ver que ruedas de prensa no se crucen o establecer entrevistas con las autoridades de diferentes instituciones son algunas de las ventajas de los grupos.
Lo malo
A veces toca aguantarse que un mensaje que llegue al grupo no sea precisamente interesante, ni que tenga que ver con el asunto informativo; que un meme, que una frase de superación personal, que la fotito de su nuevo gatito etc… Aquí me tomo un minuto para agradecer a WhatsApp la opción de “Silenciar” al grupo, y la función de no descargar autómaticamente ni videos ni fotos, porque “Holy Moly Guacamole” a veces el carrete o carpeta de fotos se llena literalmente de basura. Señores, un grupo de noticias, no es el lugar que uno espera para recibir esas cosas.
Al final lo que hace falta es que los Administradores establezcan reglas o pautas claras a sus miembros para que se regulen las conversaciones que en ocasiones es un mal necesario que hay que soportar a beneficio de nuestro trabajo.
Como extra les dejo: #NoFaltaElComunicadorWhatsappero:
- Que envía varias veces una invitación con imagen a una rueda de prensa.
- El que pide que se le envíe “fotitos” y un boletín de prensa
- El que pide el contacto de alguna autoridad o institución
- El que siempre informa de los resultados de Liga de Loja
- El comunicador barcelonista que cuando gana dicho equipo se los restriega a todos en el grupo
- El que invita a pelotear
- El comunicador que escribe un mensaje con hashtag (como si funcionaran en whatsapp 🙄)
- El que aprovecha el grupo para exponer sus quejas sobre el actual Gobierno.
- El comunicador que sale en defensa de la Revolución Ciudadana
- El que escribe con faltas de hortografía y culpa al autocorrector, cuando este no tiene nada que ver en el asunto.
- El que no quiere ensuciarse las botas y pide toda la información por whatsapp para hacer la notita
- El que comparte el “meme” del momento
- El que pide un RT.
- Y por último, no falta el #NoFaltaElComunicadorWhatsappero
Que
Escribe
Así
Causándonos
Más
De
Un
Dolor
De
Cabeza.


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