Fue mi novio, ahora es mi amigo.

Si, aunque no lo crean. Nuestra historia comenzó siendo colegiales, mi prima me lo presentó, al rato estaba literalmente loca por él. Fueron los 3 meses más lindos de mi vida, 3 meses duró nuestro amor. 3 meses llenos de peleas y reconciliaciones. Aún recuerdo los besos que nos dimos una mañana en un colegio nocturno. Recuerdo los regalos, recuerdo sus palabras, recuerdo lo que solíamos ser, recuerdo lo que queríamos ser. Como todos los adolescentes, nos juramos amor eterno. Nos amábamos mucho. Y si fue un amor eterno. Las traiciones de parte y parte nos separaron, las personas que no nos querían ver juntos, nos separaron. Si, logramos y lograron acabar con nuestro amor. Pero algo bueno salió de eso. No fue enseguida claro está. Pero después de terminar con nuestro amor, empezamos con nuestra amistad. Al principio (y hasta ahora creo) nuestr@s amig@s en común no eran capaces de creer que somos amigos. Nuestr@s amig@s decían lo típico: “Son amigos con derechos”. No, no fue así. Siendo amigos éramos capaces de confiar el uno al otro, de cuidarnos mutuamente, de contarnos nuestros amores y desamores. Éramos capaces de eso y lo seguimos siendo. Somos el ejemplo viviente que del amor a la amistad si hay un paso.

Escribo esto por él, por nuestra historia. Porque ahora nada ni nadie, acabará con nuestra amistad. Porque ambos sabemos que ese amor inmenso que sentíamos el uno por el otro, se transformó en un amor fraternal. Porque sabemos que nos apoyaremos en las buenas y en las malas.

Fuimos novios. Ahora somos los mejores amigos. Y lo seguiremos siendo por el resto de nuestras vidas.

Tu amistad es mi refugio cuando ando a la deriva y tu amor es el recuerdo que me durará toda la vida.

Liz Carolina

Julio 2013

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.